El rinoceronte lanudo, conocido científicamente como Coelodonta antiquitatis, es una especie extinta de rinoceronte que habitó en Europa durante la Edad del Hielo, hace aproximadamente 10.000 años. Este impresionante animal es reconocido por su icónico pelaje de lana, el cual le proporcionaba una protección vital contra el frío extremo de la glaciación.

Tenía un cuerpo macizo, con medidas que llegaban hasta los 3 metros de altura y 5 de longitud. Su peso solía oscilar en torno a las tres toneladas. Presentaba dos cuernos, siendo el delantero el más prominente, pudiendo alcanzar hasta un metro de longitud. Este cuerno era utilizado como herramienta para despejar la nieve y alcanzar la vegetación subyacente, su principal fuente de alimento.

El rinoceronte lanudo, poderoso y robusto, vagaba en manadas por las estepas heladas, adaptándose a un entorno dominado por el frío y la dureza. Veloz para su tamaño, podía desplazarse con agilidad por el agreste terreno de la tundra, maniobrando hábilmente entre la nieve y el hielo.

A pesar de su apariencia temible, estudios de arte rupestre sugieren que estos rinocerontes fueron cazados por nuestros antepasados prehistóricos, los hombres de las cavernas, para usar su piel, carne y huesos. Eran una verdadera fuente de vida en aquel hostil entorno.

La extinción del rinoceronte lanudo, al igual que la de otros mega-herbívoros de la era glaciar, sigue siendo objeto de debate entre los científicos. Unas teorías apuntan al cambio climático y la consecuente pérdida de su hábitat, mientras que otras sugieren que la caza excesiva por parte de los humanos pudo haber desempeñado un rol fundamental.

Hoy en día, este antiguo gigante de la tundra vive en nuestras memorias y en la ciencia, a través de los fósiles y dibujos rupestres que han sobrevivido al paso del tiempo. El rinoceronte lanudo, con su apariencia prehistórica y adaptabilidad impresionante, nos hace recordar el épico pasado helado de nuestro planeta.