Rinoceronte
El rinoceronte, perteneciente al orden de los perisodáctilos, declara su presencia de una forma tan imponente como magnífica. Este animal herbívoro, aunque de aspecto fiero, tiene una dieta basada en hojas, ramas y hierbas. De cuerpo robusto y
piel gruesa, que parece una armadura de placas, esconde un carácter generalmente tranquilo escondido tras toneladas de fuerza en bruto.
Su característica más icónica es, sin duda, el cuerno -o cuernos- que luce en su hocico. Son fabricados de queratina, la misma sustancia que nuestra uñas y pelo. Hay quienes con abominable avaricia, los cazan por el valor de sus cuernos, un hecho que ha llevado a sus cinco especies al filo de la extinción.
El mundo del rinoceronte es matriarcal. Las madres viven con sus crías y los hombres son solitarios, salvo en la época de apareamiento. A pesar de su tamaño y aspecto intimidante, son animales de buen carácter y, en general, solo son agresivos si se sienten amenazados. Incluso se ha observado que desarrollan vínculos afectivos con los animales que comparten su territorio.
Son maravillosos nadadores y disfrutan de revolcarse en el lodo para proteger su piel del sol. Tienen una vista muy pobre, pero un olfato y oído increíblemente agudos. Pueden alcanzar peso de hasta 2.5 toneladas y velocidades de 50 km por hora.
Desafortunadamente, el rinoceronte está en peligro de desaparecer. La pérdida de hábitats, la caza ilegal y el cambio climático son las principales amenazas que enfrentan.
El rinoceronte, majestuoso y poderoso, es un titán de la naturaleza que juega un rol vital en los ecosistemas que habita. Asegurar su supervivencia es no solo una responsabilidad, sino también una oportunidad para preservar la rica diversidad de nuestro planeta.
