Medusa
En el reino de Neptuno, las medusas bailan su silencioso ballet. Su nombre deriva del griego "Medousa", que significa guardiana o protectora. A pesar de su nombre aparentemente femenino y su forma etérea y fantasmal, las medusas son depredadores eficientes.
Aunque muchas especies son inofensivas para los humanos, algunas poseen tentáculos venenosos que usan para capturar a sus presas, inyectando un líquido tóxico que puede ser peligroso e incluso fatal. Su dieta consiste en pequeños peces y plancton, pero algunas especies de medusas más grandes pueden incluso consumir otras medusas.
Sin cerebro, corazón ni ojos, estas criaturas están equipadas con rudimentarios órganos sensoriales, capaces de detectar luz, olor y orientación. Pueden moverse por el agua contrayendo y expandiendo el cuerpo en un movimiento similar a un pulso, aunque la mayoría de las veces se deja llevar por las corrientes marinas.
Su ciclo de vida parece sacado de una fábula. Nacen a partir de huevos que, sobre fondo marino, se desarrollan hasta convertirse en pólipos. Estos pólipos, similares a las anémonas, se reproducen asexualmente, engendrando pequeñas medusas que crecerán hasta su etapa adulta.
Las medusas son criaturas fascinantes pero etéreas. Su existencia es fugaz, generalmente viven solo una temporada, pero juegan un papel importante en el ecosistema, formando un vínculo vital en la cadena alimentaria. También, son un indicador del estado de salud de los océanos. Un aumento desproporcionado de su población suele ser un síntoma de desequilibrio ecológico, principalmente causado por la actividad humana.
La medusa, evocadora y misteriosa, es un testigo silente que ha bailado en los océanos durante millones de años, y nos recuerda la belleza, la diversidad y a veces, la letalidad que se esconde bajo las ondulantes olas del mar.
