
En los escarpados parajes montañosos de Europa, la fascinante marmota emerge como un personaje habitual. Este roedor de dimensiones generosas, sobrepasa en tamaño a una liebre y puede alcanzar los siete kilos de peso en su plenitud.
Las marmotas son animales de aspecto robusto, poseen un cuerpo rechoncho y patas fuertes. Su pelaje, denso y suave, varía entre tonalidades de marrón, contribuyendo a su maravillosa capacidad de mimetismo con el medio rocoso en el que habitan. Ataviadas con pequeñas orejas redondeadas y unos ojos negros y brillantes, siempre alerta, las marmotas despliegan una ternura especial.
Símbolo de las montañas, las marmotas son animales sociables, que habitan en colonias familiares compuestas generalmente por uno o dos adultos y sus crías. Su hogar se materializa en complejas redes de túneles subterráneos que ellas mismas excavan con sus poderosas garras y que cuentan con varias entradas y cámaras específicas para el almacenamiento de alimentos o para hibernar.
Las Marmotas son verdaderas ingenieras de la naturaleza, creando meticulosamente su hogar montañoso con áreas separadas para dormir, escudriñar y correr. Son herbívoras, se alimentan principalmente de hierbas, flores, hojas, tallos y raíces.
Las marmotas poseen una interesante característica biológica: pasan más de la mitad del año durmiendo en un letargo profundo conocido como hibernación. Durante el invierno, su metabolismo se ralentiza y su temperatura corporal desciende drásticamente. Este estado de hibernación permite a la marmota sobrevivir durante los duros meses de invierno sin comida ni agua.
A pesar de su apacible apariencia, las marmotas son animales increíblemente vigilantes. En su estado de alerta permanente, un simple silbido es suficiente para poner en aviso a toda su colonia de la presencia de un depredador. Y no son pocos los enemigos de estas adorables criaturas: águilas, zorros y lobos son algunos de los cazadores habituales de marmotas.
La marmota es, en síntesis, un maravilloso reflejo de la fuerza vital de la naturaleza: capaz de adaptarse, sobrevivir y florecer en los campos más desafiantes. Un tesoro que debe ser cuidado y preservado en las alturas de nuestras montañas.
Las marmotas son animales de aspecto robusto, poseen un cuerpo rechoncho y patas fuertes. Su pelaje, denso y suave, varía entre tonalidades de marrón, contribuyendo a su maravillosa capacidad de mimetismo con el medio rocoso en el que habitan. Ataviadas con pequeñas orejas redondeadas y unos ojos negros y brillantes, siempre alerta, las marmotas despliegan una ternura especial.
Símbolo de las montañas, las marmotas son animales sociables, que habitan en colonias familiares compuestas generalmente por uno o dos adultos y sus crías. Su hogar se materializa en complejas redes de túneles subterráneos que ellas mismas excavan con sus poderosas garras y que cuentan con varias entradas y cámaras específicas para el almacenamiento de alimentos o para hibernar.
Las Marmotas son verdaderas ingenieras de la naturaleza, creando meticulosamente su hogar montañoso con áreas separadas para dormir, escudriñar y correr. Son herbívoras, se alimentan principalmente de hierbas, flores, hojas, tallos y raíces.
Las marmotas poseen una interesante característica biológica: pasan más de la mitad del año durmiendo en un letargo profundo conocido como hibernación. Durante el invierno, su metabolismo se ralentiza y su temperatura corporal desciende drásticamente. Este estado de hibernación permite a la marmota sobrevivir durante los duros meses de invierno sin comida ni agua.
A pesar de su apacible apariencia, las marmotas son animales increíblemente vigilantes. En su estado de alerta permanente, un simple silbido es suficiente para poner en aviso a toda su colonia de la presencia de un depredador. Y no son pocos los enemigos de estas adorables criaturas: águilas, zorros y lobos son algunos de los cazadores habituales de marmotas.
La marmota es, en síntesis, un maravilloso reflejo de la fuerza vital de la naturaleza: capaz de adaptarse, sobrevivir y florecer en los campos más desafiantes. Un tesoro que debe ser cuidado y preservado en las alturas de nuestras montañas.