Flamenco
El flamenco es una especie migratoria, que viaja en busca de aguas estacionales donde puede reproducirse y alimentarse. Sus principales presas son pequeños crustáceos, larvas y algas que filtran gracias a su curioso pico, un utensilio evolucionado para "rebuscar" alimentos en el lodo. Posee una endurada resistencia, demostrada por la incesante búsqueda de alimento a pesar del fuerte sol.
La vida social del flamenco es fascinante. Son aves que viven en colonias numerosas. Esta convivencia a gran escala les ofrece protección y aumenta sus oportunidades de encontrar pareja. Los rituales de cortejo son un espectáculo de sincronía y elegancia. Los machos despliegan sus alas rojizas, emiten fuertes reclamos y danzan en conjunto para atraer la atención de las hembras.
Los flamencos son maestros constructores. Al llegar la época de crianza, ambos progenitores construyen un nido de barro en forma de cono, donde la hembra pondrá un único huevo. A pesar de las adversas condiciones de su entorno salino, aquí, protegida del agua y de los posibles depredadores, nacerá la pequeña cría.
La joven generación de flamencos, enemistada con la elegancia de sus padres, porta un tierno plumaje gris y un corto pico recto. Pero con el paso del tiempo, las crías mudarán su vestimenta monótona por el rosa coral de los adultos, regalándonos la estampa más icónica de estos animales. La vivacidad y fuerza de la joven bandada de flamencos augura una buena salud para la colonia.
Al finalizar un día entre flamencos, te quedarás maravillado por la belleza de esta especie. El flamenco, con su danza elegante, su plumaje resplandeciente y su entrega a la cría, es un evocador símbolo de la rica biodiversidad de España.
