
Rachycentron canadum, o como se le conoce popularmente, Pez aguja o cobia, es una especie marina que pertenece a la unifamiliar Rachycentridae. Este fascinante ser acuático, nativo de las aguas cálidas del océano Atlántico, suele navegar por las costas de Florida y el Golfo de México, pero también se le puede encontrar en mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo.
Este viajero del mar es característico por su cuerpo alargado, fusiforme y de color oscuro en la parte dorsal, y más claro o plateado en la parte ventral. Su cabeza, fuerte y con un prominente hocico, y una mandíbula inferior saliente, dan cobijo a filas de afilados dientes. Es de notar que el pez aguja puede alcanzar una longitud de hasta dos metros y un peso de hasta 70 kilogramos.
El pez aguja, cual incansable explorador, realiza largas migraciones que le conducen a seguir corrientes cálidas. Se mueve con gran agilidad y velocidad en la búsqueda de sus presas, que suelen ser pequeños peces y crustáceos.
En cuanto a su comportamiento reproductivo, la cobia es ovípara, es decir, la hembra libera los óvulos al agua, donde son fecundados. A pesar de su tamaño, este pez no suele ser agresivo, más bien se le considera un animal de naturaleza solitaria que prefiere la vastedad del océano a la compañía de otros de su misma especie.
Como una curiosidad final, he de mencionar que, debido a su rápido crecimiento y a la calidad de su carne, se ha recurrido a su cultivo en acuicultura. Sin embargo, su pesca debe ser regulada para evitar el agotamiento de sus poblaciones.
Al fin y al cabo, el pez aguja, o Rachycentron canadum, es un impresionante habitante de nuestros océanos, un viajero incansable, un superviviente y un cazador cuya existencia enriquece la biodiversidad de este hermoso azul planeta.
Este viajero del mar es característico por su cuerpo alargado, fusiforme y de color oscuro en la parte dorsal, y más claro o plateado en la parte ventral. Su cabeza, fuerte y con un prominente hocico, y una mandíbula inferior saliente, dan cobijo a filas de afilados dientes. Es de notar que el pez aguja puede alcanzar una longitud de hasta dos metros y un peso de hasta 70 kilogramos.
El pez aguja, cual incansable explorador, realiza largas migraciones que le conducen a seguir corrientes cálidas. Se mueve con gran agilidad y velocidad en la búsqueda de sus presas, que suelen ser pequeños peces y crustáceos.
En cuanto a su comportamiento reproductivo, la cobia es ovípara, es decir, la hembra libera los óvulos al agua, donde son fecundados. A pesar de su tamaño, este pez no suele ser agresivo, más bien se le considera un animal de naturaleza solitaria que prefiere la vastedad del océano a la compañía de otros de su misma especie.
Como una curiosidad final, he de mencionar que, debido a su rápido crecimiento y a la calidad de su carne, se ha recurrido a su cultivo en acuicultura. Sin embargo, su pesca debe ser regulada para evitar el agotamiento de sus poblaciones.
Al fin y al cabo, el pez aguja, o Rachycentron canadum, es un impresionante habitante de nuestros océanos, un viajero incansable, un superviviente y un cazador cuya existencia enriquece la biodiversidad de este hermoso azul planeta.