
El Castor Europeo, conocido también como Castor Eurasiano y con nombre científico, Castor fiber, es un intrigante roedor que se adjudica la distinción de ser el mayor en su tipo que habita el continente europeo y partes de Asia.
Este insólito personaje de la fauna vive en los entornos fluviales, tiende a ser de hábitos nocturnos y denota por su peculiar aspecto, esencialmente gracias a sus enormes incisivos de color naranja y su cola plana y anchamente ovalada, recubierta de escamas, la cual usa como estabilizador al nadar, como almacén de grasas y incluso como una especie de termostato para controlar su temperatura corporal.
El trabajo incesante del castor europeo y su innata habilidad para modificar su entorno son sobrecogedores. Se ha ganado con creces su fama de hábil ingeniero construyendo presas y lodges o guaridas, con troncos y ramas cortados con la precisión de un carpintero consumado. Estas construcciones tienen como finalidad crear estanques profundos donde el castor puede resguardarse de los depredadores asegurándose una vía de escape subacuática.
La dieta del castor europeo se compone de corteza, brotes de arbustos y árboles, hierbas y raíces acuáticas. En invierno, sus reservas de comida consisten en una pila de ramas sumergidas en el agua cerca de su guarida para asegurar la disponibilidad de alimento frente a un congelamiento del entorno.
A pesar de ser un animal solitario en sus primeros años de vida, el Castor Europeo es altamente social cuando forma una familia. Las parejas suelen permanecer unidas de por vida y cuidan juntas a sus crías, llamadas kits.
El Castor Europeo, tras haber sido cazado hasta casi su extinción debido a la valía de su piel, su carne y su castóreo, una secreción glandular usada en la medicina tradicional, ha sido reinsertado con éxito en muchos países europeos a través de programas de reintroducción. De este modo, los bosques y ríos europeos vuelven a beneficiarse de su presencia y así, ante nuestra vista, continúa tejiendo su majestuosa labor de arquitectura natural.
Este insólito personaje de la fauna vive en los entornos fluviales, tiende a ser de hábitos nocturnos y denota por su peculiar aspecto, esencialmente gracias a sus enormes incisivos de color naranja y su cola plana y anchamente ovalada, recubierta de escamas, la cual usa como estabilizador al nadar, como almacén de grasas y incluso como una especie de termostato para controlar su temperatura corporal.
El trabajo incesante del castor europeo y su innata habilidad para modificar su entorno son sobrecogedores. Se ha ganado con creces su fama de hábil ingeniero construyendo presas y lodges o guaridas, con troncos y ramas cortados con la precisión de un carpintero consumado. Estas construcciones tienen como finalidad crear estanques profundos donde el castor puede resguardarse de los depredadores asegurándose una vía de escape subacuática.
La dieta del castor europeo se compone de corteza, brotes de arbustos y árboles, hierbas y raíces acuáticas. En invierno, sus reservas de comida consisten en una pila de ramas sumergidas en el agua cerca de su guarida para asegurar la disponibilidad de alimento frente a un congelamiento del entorno.
A pesar de ser un animal solitario en sus primeros años de vida, el Castor Europeo es altamente social cuando forma una familia. Las parejas suelen permanecer unidas de por vida y cuidan juntas a sus crías, llamadas kits.
El Castor Europeo, tras haber sido cazado hasta casi su extinción debido a la valía de su piel, su carne y su castóreo, una secreción glandular usada en la medicina tradicional, ha sido reinsertado con éxito en muchos países europeos a través de programas de reintroducción. De este modo, los bosques y ríos europeos vuelven a beneficiarse de su presencia y así, ante nuestra vista, continúa tejiendo su majestuosa labor de arquitectura natural.