Buitre
Existen varias especies de buitres, entre las que se encuentran el buitre leonado, el buitre negro, el quebrantahuesos y el alimoche, todas presentes en la península ibérica. Quizás la más reconocible sea el buitre leonado, con su notable tamaño, una envergadura que puede alcanzar los 2,8 metros y su plumaje marrón claro. En contraste, el buitre negro es algo más pequeño, con un plumaje de color oscuro que da nombre a la especie. El alimoche, también conocido como buitre egipcio, es el más pequeño de todos y se caracteriza por su cabeza y patas de color amarillo.
El espectáculo de un grupo de buitres en vuelo es impresionante. Como aves planeadoras, pueden alcanzar alturas vertiginosas aprovechando las corrientes de aire caliente. Pueden permanecer horas volando sin apenas batir las alas, lo que resulta en un elegante y apacible vuelo.
Su aguda visión les permite localizar las carroñas desde largas distancias. Una vez que la encuentran, descienden al suelo y con su pico fuerte y afilado desgarran los tejidos del animal muerto. Aunque suelen ser aves pacíficas, en estas ocasiones pueden llegar a pelearse entre ellos por la comida.
A pesar de su importante papel en la naturaleza, los buitres se enfrentan a diversas amenazas como el envenenamiento por el consumo de animales tratados con medicamentos tóxicos para ellos o la destrucción de su hábitat.
En resumen, los buitres son animales magníficos pero incomprendidos, cuya supervivencia es imprescindible para mantener en equilibrio nuestros ecosistemas. Sin ellos, se rompería la cadena natural de descomposición y eliminaría una de las más eficientes formas de reciclaje natural.